Toledo no solo conquista por su indudable historia, también lo hace por su sabor. Entre sus ingredientes más emblemáticos, destaca la perdiz, un ave que lleva siglos siendo protagonista en los fogones toledanos.
De la caza a la mesa: tradición con historia
El consumo de perdiz en Castilla-La Mancha se remonta a la Edad Media. Antiguamente cazada por nobles y campesinos, la perdiz se convirtió en una delicadeza valorada por su sabor intenso y su textura tierna. En Toledo, su elaboración fue refinándose con recetas que han perdurado hasta nuestros días.
Una de las más tradicionales es la perdiz escabechada, receta que nace como técnica de conservación y que se ha mantenido como uno de los grandes tesoros de la gastronomía castellana. La clave está en el equilibrio entre el vinagre, el laurel, la pimienta y el aceite, que le otorgan un sabor profundo, ideal para servir fría o templada.
Hoy en día, la perdiz sigue muy presente en la mesa toledana, tanto en casas como en restaurantes. En Alfileritos 24, por ejemplo, nos gusta mezclar lo tradicional con un toque de creatividad. Una de nuestras propuestas más queridas es la ensalada tibia de perdiz con puerros y aguacate, todo aliñado con una vinagreta de yuzu que le da un toque cítrico y fresco, perfecto para realzar el sabor del ave. Y si pasas por la taberna, ahí la preparamos escabechada, acompañando a una ensaladilla de boniato que le va de maravilla.
La perdiz no es solo una receta: es un símbolo de Toledo. Comerla es probar parte de su historia, de su relación con la tierra y con una forma de entender la cocina desde el respeto al producto local.
Si además de la perdiz, quieres probar otros platos con esencia castellanomanchega, descubre nuestra carta de restaurante y nuestra carta de taberna.
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